Exposición temporal del 6 al 24 de mayo en el Patio Oriente de la UAM Cuajimalpa.
Los objetos que empleamos diariamente, desde una cuchara para diluir el azúcar en el café hasta los autos eléctricos que nos transportan ecológica y eficazmente a nuestros destinos, sin duda propician determinadas condiciones que nos permiten “habitar” para que un “mundo” sea posible.
La posibilidad de generar objetos con esa intención se supone privativa de diseñadores, arquitectos y hasta ingenieros, pero rara vez se atribuible a la sensibilidad de mujeres y hombres que, interesados en hacer su labor más sistemática, eficiente y potenciadora de otras posibilidades, idearon instrumentos, artefactos y hasta artilugios que permiten la consecución de tales intenciones.
Esta exposición pretende hacer visibles aquellos objetos que, por un lado, forman parte importante de nuestras vidas colectivas e individuales dada su relevancia funcional, simbólica, emocional, social y, por tal razón, rara vez se repara en ellas hasta que se extravían, descomponen o termina su vida útil. Y, por otro lado, también son objetos que se distinguen por su autoría anónima debido a que el servicio que prestan no fue considerado un reto o problemática de importancia como aquellos que se proponen las y los profesionistas del diseño, la arquitectura y la ingeniería.
“Una cotidianidad diseñada sin diseño” propone visibilizar aspectos como estos y que, desde los objetos de uso corriente, es posible hacer mundo en los términos referidos, pero que rara vez son considerados por los procesos del diseño dada la precisión metódica que define su práctica y la obligatoriedad de generar productos en serie para una población masificada. Es así que la exposición se organiza en “Objetos cotidianamente útiles”, que no se distinguen por ser productos que resultan profesionalmente de un proceso de diseño, como corrientemente se le entiende: exclusivo, deslumbrante y, desde luego, costoso. “Objetos anónimamente diseñados”, de autoría anónima y que se consiguen en cualquier establecimiento, por ambulante, barrial o tradicional que sea. Y “Objetos para cualquier diseño de vida”, aquellos que, aunque ordinarios, organizan, instrumentan y ritualizan actividades tan cotidianas como maquillar y vestir, reparar y trabajar, recrear y comer, escribir y escuchar.
*Fotos recuperadas de las redes oficiales de la UAM Cuajimalpa